Tambores de guerra en la UE
La Unión Europea abrió el debate sobre la necesidad de disponer de capacidades militares, coordinadas pero independientes de la OTAN, desde prácticamente el día de su creación. Pero esos debates se mantuvieron durante décadas en términos fundamentalmente teóricos. Ya no. Desde hace meses, documentos, personalidades y grupos de la Unión Europea mantienen un insólito lenguaje bélico, más relacionado con la amenaza de una guerra real que con el análisis imaginario de especulaciones académicas.
Detrás de todo este nuevo e inquietante lenguaje no existe una amenaza etérea, sino la identificación progresiva de enemigos, como el Estado Islámico, desde luego, pero, por encima de todo y de manera sorprendentemente directa, Rusia. La estrategia a seguir incluye la creación inmediata de un Cuartel General de Operaciones dentro de la UE, y el reforzamiento de “capacidades operativas”, es decir, unidades europeas de combate. “Vamos a la creación de un Ejército europeo mucho más rápido de lo que la gente cree”, anunció hace pocos días Joseph Daul, presidente del Partido Popular Europeo, una organización que reúne en este momento nada menos que a 10 jefes de Estado o de Gobierno de la UE y a otros seis de países europeos no miembros.
La importancia, y la urgencia, que se atribuye a la creación de esas “capacidades” dentro de la UE han quedado de manifiesto esta misma semana en el documento final del Congreso del Partido Popular Europeo (EPP, por sus siglas inglesas), reunido en Madrid (21-22 octubre). Aunque el Congreso haya llamado la atención por su puntual y oportunista apoyo a Mariano Rajoy, a pocas semanas de las elecciones, en el corazón de la reunión no estaba la situación política española, sino la aprobación de una estrategia bien definida, destinada claramente a “contener a la Rusia de Putin”. Esa estrategia contiene elementos militares (como la rápida creación del mencionado Cuartel General de la UE), pero también medidas como la reactivación de la candidatura de Turquía a la ampliación, o, al menos, la aprobación de un estatus claramente privilegiado, un proyecto que estaba casi aparcado y que ha encontrado un nuevo impulso con la visita del primer ministro turco a Berlín y las sorprendentes declaraciones de Angela Merkel, comprometiéndose a reabrir la negociación.
El documento del EPP deja claro que esa nueva política hacia Ankara no está justificada en la crisis de los refugiados, como se ha querido presentar, sino mucho más en el hecho evidente de que Turquía es considerado un país esencial en cualquier enfrentamiento con Rusia, y que se........
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