La encrucijada de las universidades madrileñas
Hace más de medio siglo que, desde perspectivas muy distintas, Daniel Bell y Alain Touraine confluyeron en aludir a la centralidad de la universidad, de la ciencia y del conocimiento en la naciente sociedad postindustrial. Bell, en su conocida obra de 1973, llega a considerar al conocimiento teórico, unido a la tecnología intelectual, como el eje de la dinámica social, al resultar imprescindible para fundamentar las actividades productivas y dirigir la “complejidad organizada” en que consistiría la citada sociedad postindustrial. El ascenso de las ocupaciones científicas y técnicas sería la otra cara de este cambio social, paralelo al aumento de la educación universitaria. En un contexto muy distinto, el del mayo francés de 1968, tres años antes, y desde un enfoque notablemente más crítico, Touraine se refiere también al protagonismo social del conocimiento y de las luchas por su control y difusión, escenario en el que emergen, asimismo, los nuevos movimientos estudiantiles y del mundo universitario.
Desde entonces, los análisis atentos a la ciencia y al conocimiento, y, secundariamente, a la nueva función social de la universidad, desde planteamientos muy distintos, no dejan de aumentar. Se asiste, además, a una fuerte expansión de la matrícula universitaria y de las personas que cuentan con educación terciaria a escala global, así como de las ocupaciones que requieren esta formación y del impacto social de esta institución en el conjunto de la sociedad. La universidad hace ya mucho tiempo que deja de constituir así una institución dirigida exclusivamente a la élite o a una clase ociosa, para orientarse a sectores sociales y de actividad cada vez más amplios.
Se asiste, además, a una fuerte expansión de la matrícula universitaria
Es cierto que esta expansión se acompaña de modelos universitarios muy distintos, que divergen en la forma de vincularse con la ciudadanía y con el conjunto de la sociedad. También ocurre que las condiciones de trabajo, vida y estudio de las personas que conforman el mundo universitario, así como las que caracterizan a buena parte de las personas que cuentan con esta formación, distan mucho de asemejarse a las pronosticadas en aquellos “treinta gloriosos” años del siglo pasado, cargándose de vulnerabilidades y precariedad.
En el entorno europeo continental, primero,........
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