La descripción
1- ¿Qué es y qué quiere comunicar el nuevo Govern de la Gene, el Govern Illa? Analicemos ese Gobierno como si fuera un documento. Un texto. Los gobiernos, de hecho, son mensajes en una botella, imposibles de leer hasta la rotura de la botella, como casi todo.
2- El mayor significante del Govern es Illa. ¿Quién y qué es Illa? ¿Qué ha explicado de sí mismo? Varias cosas. La primera es que a) es una persona católica. Lo que no aporta mucho pues, desde CUP hasta Junts, pasando por ERC, el catolicismo es un llenapistas cat. Pujol fue el primer presi que exteriorizó el catolicismo como referente, al punto que, para iniciar su carrera, un político que llegó a ser conseller de Política Territorial i Obres Pública empezó a frecuentar a Pujol en la misa semanal de su santuario favorito. El conseller, por cierto, dimitió en 1994, al trascender que había aceptado, como soborno, la instalación, en su domicilio, de sendos grifos de oro. Era católico hasta la médula pero, en fin, no era un santo. Lo mismo se podría decir de Pujol, que –nunca habrá juicio o sentencia– pudo haberse embolsado el 3% de las comisiones que CDC hubiera cobrado en su etapa –geológica– en el poder. Desde 2012-14, cuando arranca un periodo en el que lo oscuro, lo incierto, la mentira incluso, ganan intensidad en la política cat, el catolicismo vivió otra intensificación en la Gene, de manera que cuadros y líderes de CDC y de ERC compartieron retiros para cometer ejercicios espirituales –visto lo visto, les deberían devolver la pasta–. Ser católico no significa, en efecto, nada. Salvo un gran cambio cultural, aún por interpretar: en lo que es un contraste con el periodo democrático 1931-39, la tradición de líderes católicos es apabullante en la Cat post-78, justo cuando decae el catolicismo. Según los datos del CIS de este verano, el 86,9% de la población cat –en Esp, el 80,4%– no practica religión alguna.
El PSC hoy es un partido más conservador, menos vital, más unido, más pendiente de sus cuadros, de su deber hacia ellos, que no quiere inestabilidad
3- Illa procede de b) un PSC diferente al PSC que lideró la Gene durante el primer Tripartit –2002-06–. Un PSC duramente traicionado por el PSOE de ZP, que torpedeó –junto a CiU, PP y el TC– el gran proyecto del Tripartit: el Estatut de 2006, ese cadáver. Eso supuso, por cierto, la desaparición en el PSC de los cuadros maragallistas –los más a su casa, los menos a ERC–, y la posterior inserción en la empresa pública, semipública o turbopuerta giratoria de una masa de cuadros a fidelizar. Hoy, en ese sentido, el PSC es la federación con más potra en los negocios, también por otros motivos, como la fidelidad del PSC a Sánchez, una vez fue el líder confirmado del PSOE. El actual PSC es un partido que arranca con la defenestración, poco elegante, de Maragall, la subida de Montilla y la marcha al procesismo de otros líderes que vieron ahí un filón, que no se confirmó. Pero también el PSC es el caso más significativo del amago de PASOKización del PSOE en la Península –en dos elecciones generales, el PSC se vio superado por Comuns, primera fuerza hasta que abrió la boca de la cara–. Por todo ello, el PSC hoy es un partido más conservador, menos vital, más unido, más pendiente de sus cuadros, de su deber hacia ellos, que no quiere inestabilidad, y que –todo apunta a ello– volvería a castigar al líder que la busque o la encuentre. No es, por lo tanto, un partido de aventuras. Por lo que no las admitirá cuando........
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