Hala Madrid o nada más
Ser antimadridista es una tarea bien complicada. No es fácil tener como hobby disfrutar de las derrotas del equipo más laureado de la historia del fútbol. Ese que, incluso cuando pierde por dos goles a falta de cinco minutos, sabes que, de rebote, córner, penalti o gol por la escuadra del tipo del silbato, acabará ganando. Sin embargo, aquí seguimos. Fieles a una religión que nos mata a disgustos de manera cotidiana y que, muy de vez en cuando, nos trae una alegría que hace que todo merezca la pena. A veces sucede y ayer fue uno de esos días en los que esta sacrificada militancia recibió un inmenso placer inesperado. Tan inesperado que ni siquiera jugaba el Real Madrid. Tan inesperado que el terreno de juego era una gala de premios en la que el Real Madrid iba a arrasar y, efectivamente, arrasó. Premio al mejor equipo del año, premio al mejor entrenador del año, premio al mayor goleador del año y reconocimiento, mucho reconocimiento, para los jugadores madridistas que coparon tres de las cuatro primeras posiciones en el ranking mundial de jugador más valorado del 2024. Pero, como si de una de sus míticas remontadas........
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