Cambiamos de farola
Querida suscriptora, querido suscriptor:
Los ricos tienen agendas de contactos. Los pobres contactamos en farolas. Limpio casas. Cuido enfermos. Doy clases de Matemáticas. Suscríbase a este medio. Las farolas de CTXT y de tantos otros medios sin acceso a los teléfonos de políticos y empresarios que reparten el pastel mediático son las redes sociales. De eso vengo a hablarte en esta carta. Como sabrás, la red social que vio nacer este proyecto periodístico que está a punto de cumplir diez años fue Twitter. Allí nos conocimos, probablemente, allí interactuamos y allí decidiste que tal vez merecía la pena apoyar un medio pequeñito y libre como este. Una década después muchas cosas han cambiado en aquella gran farola que, con el tiempo, se fue llenando de carteles repletos de odio y mentiras hasta terminar enterrando cualquier otro mensaje. Twitter, ya lo sabemos, cayó en las manos de un multimillonario obsesionado con hacer de aquel lugar de encuentro un gigantesco altavoz de la ideología ultraderechista. En CTXT hemos debatido mucho sobre qué hacer con ese engendro ahora llamado X en el que el algoritmo es un poderoso militante en favor de la causa reaccionaria. Algunos, como yo, defendimos –y seguimos defendiendo– que si cuando los nazis entran a un lugar el resto abandona el sitio, ganan los nazis. Defendí durante meses mi postura de que no podíamos abandonar el engendro de Elon Musk porque los pobres necesitamos espacios, los que sean, en los que colgar nuestros carteles ofreciéndonos a limpiar, enseñar, cuidar o hacer periodismo. No podemos irnos, repetí internamente una y otra vez, porque no hay alternativa a esto que tenemos ahora y que no nos gusta. Pero en una semana eso ha cambiado. Todo indica que comienza a existir esa nueva farola.
Se llama Bluesky y no es perfecta. Sigue perteneciendo a fondos de inversión privados de los que poco se conoce, sigue sin ser una plaza pública sino un espacio que tiene dueños que el día de mañana podrían volver a........
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