Times Square, Wall Street y la banalización del trumpismo
Los estadounidenses no vibran con la política con el mismo fervor que los franceses. El imaginario de Hollywood instaló en Europa la idea de que las carreras a la Casa Blanca son la repera. Mítines multitudinarios, líderes carismáticos, brillantes estrategas… Nada más lejos de la realidad. Estados Unidos es un país marcado por la desafección –más de un tercio de su electorado se abstiene– y la desorientación ideológica. La política se percibe como un espectáculo, en que un bufón como el ultraderechista Donald Trump tiene todas las de ganar.
El expresidente y sus acólitos celebraron el 27 de octubre un mitin esperpéntico en el Madison Square Garden, cuyo gran protagonista fue el humorista Tony Hinchcliffe, que habló de Puerto Rico como una “isla de basura”. Los analistas, que a veces desencriptan la realidad de manera demasiado sesuda, interpretaron esas palabras como un disparo en el pie por parte del bando republicano. Podía convertirse en un punto de inflexión a favor de la demócrata Kamala Harris, decían. Difícilmente se imaginaban la marea trumpista en que se convertirían las elecciones del 5 de noviembre.
Cerca del Madison Square Garden, Times Square era el principal punto de interés el martes en Nueva York para seguir la noche electoral. Un par de pantallas gigantes difundían el recuento en medio del frenesí de paneles publicitarios. Eran las diez de la noche y tres horas antes habían empezado a contar los votos en algunos estados de la costa este. Aunque ya se vislumbraba una posible victoria de Trump, que ya iba por delante en Georgia y Carolina del Norte (dos de los siete swing states), la indiferencia predominaba entre los paseantes de la icónica plaza.
Un ambiente parecido había en los bares de la zona donde prometían una “fiesta electoral”. A pesar de que el país se dirigía hacia un........
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