La piromanía de Macron deja a Francia en el caos y sin gobierno
Las mociones de censura coinciden en Francia con las crisis del presidencialismo. El único precedente de lo ocurrido este miércoles 4 de diciembre en la Asamblea Nacional, con la destitución parlamentaria del Gobierno de Michel Barnier, se remonta a octubre de 1962. Entonces, el gaullista Georges Pompidou perdió su cargo ante el enfado de las oposiciones (comunistas, socialistas…) por la intención de Charles de Gaulle de reformar la Constitución para establecer la elección del jefe del Estado por sufragio universal. Fue uno de los momentos turbulentos en los años fundacionales de la Quinta República.
Entonces, el presidente y fundador de ese régimen político reaccionó con habilidad ante el envite parlamentario. Convocó unas elecciones anticipadas en las que las fuerzas gaullistas obtuvieron una clara victoria en noviembre de aquel 1962. Pocas semanas antes, el 28 de octubre, más del 60% del electorado había votado en un referéndum a favor de la elección del jefe del Estado por sufragio universal. Curiosamente, el éxito de la censura contra Pompidou, y por extensión contra De Gaulle, acabó siendo una victoria para los gaullistas. Con esa crisis se forjó el modelo más vertical entre las democracias de la Europa Occidental. Representó un momento constituyente.
La Asamblea Nacional recuperó este miércoles la guillotina simbólica de la moción de censura
Sesenta y dos años después, la Asamblea Nacional recuperó este miércoles la guillotina simbólica de la moción de censura, aunque esta vez con una lógica destituyente. Fue una jornada tan previsible –la suerte estaba echada para Barnier desde el lunes– como histórica, con presencia multitudinaria de periodistas en la tribuna de prensa del Parlamento y en la sala Quatre Colonnes. Los más veteranos contaban que no habían visto tanta gente desde que en 2016 los gacetilleros del corazón desembarcaron en la Cámara Baja para cubrir un acto de Pamela Anderson. En medio de esa marabunta de reporteros, políticos y asistentes, uno tenía la sensación de que el gran protagonista del día era un hombre ausente: el presidente Emmanuel Macron.
“Una catástrofe”
“Creo honestamente que esta situación se debe básicamente a Macron. Su presidencia ha resultado una catástrofe tanto a nivel político como económico. Y a eso se le suma el error fundamental de la disolución de la Asamblea” el pasado 9 de junio, explica a CTXT el politólogo Christophe Bouillaud, profesor en Sciences Po Grenoble. Casi seis meses después de ese tiro en el pie de manual –Macron convocó unas elecciones legislativas anticipadas en el momento de mayor debilidad de su partido y en pleno auge de la extrema derecha de Marine Le Pen–, el presidente se ha dado de bruces con la realidad.
La buena campaña de........
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