“Sabemos que esto es muy peligroso y puede acabar mal. El objetivo es seguir luchando por una Palestina libre”
El pasado 1 de mayo el barco pesquero Handala, de la coalición internacional Flotilla de la Libertad, que denuncia y trata de romper el bloqueo al que Israel somete a Gaza desde 2007, partió del puerto de Oslo en un viaje para sensibilizar sobre la opresión del pueblo palestino y exigir que se detenga el genocidio.
El 22 de junio Ángeles Cabria, activista por la salud pública y vecina de un pequeño pueblo cántabro cerca de Cabezón de la Sal, se embarcó en el Handala a su paso por Santander. Desde entonces ella y el resto de la tripulación han estado en A Coruña, Lisboa, Vélez-Málaga, Denia, Martigues y Marsella. En el momento de escribir estas líneas se encuentran en Ajaccio, en la isla de Córcega.
Como siempre, el objetivo final es llegar a Gaza, pero saben que será muy complicado. Cabria recuerda lo que sucedió con el Mavi Marmara, uno de los cinco buques de la Flotilla de la Libertad que trataron de llevar ayuda humanitaria a la Franja en 2010. La Marina israelí lo asaltó en aguas internacionales y mató a diez de sus tripulantes. “Ahora el escenario es aún más peligroso que entonces porque se está produciendo un genocidio, y pueden liquidar un pequeño barco como este. En abril ya mataron a siete personas de distintos países que trabajaban para World Central Kitchen [la ONG fundada por el chef José Andrés]. Lo tenemos claro, pero seguimos navegando”.
“En cada puerto, las asociaciones propalestinas organizan multitud de eventos, hablamos con las autoridades locales, sindicatos, asociaciones en defensa de los derechos humanos, culturales…”, explica Cabria. “Está siendo impresionante”, afirma con entusiasmo. “En todos los lugares se han organizado manifestaciones y todo tipo de encuentros”.
Destaca especialmente su........
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