Justicia transformativa: del dicho al hecho
Cuando hace cinco años nos planteábamos en nuestra asamblea otras maneras de abordar las violencias de género que se producían en nuestro entorno, el término justicia transformativa era aún bastante desconocido en los ámbitos políticos autónomos del Estado español.
Las opciones tradicionales hasta el momento estaban polarizadas entre el pasotismo y la inacción frente a las situaciones de violencia de unos entornos, y el destierro y el veto de las personas acusadas en otros. En los primeros, muchas veces se llegaba incluso a cuestionar que estas violencias existieran o se increpaba y cuestionaba a las personas que las habían recibido. En los segundos no había estrategias, fuerzas o ganas de hacer un seguimiento de los casos, hasta el punto de llegar a generar un estigma sobre las personas acusadas que rara vez tenían opción a decir algo en su defensa, y creándose así condenas eternas que tampoco reparaban el daño a las personas que habían recibido la violencia.
En este contexto estábamos nosotras hace cinco años en La Cinètika, un Centro Social Okupado que se define como autónomo, autogestionado, anticapitalista y feminista, que se encuentra en el barrio de Sant Andreu del Palomar, en Barcelona. Llevábamos ya desde 2016 como centro social, y estas dos opciones empezaban a parecer pequeñas y encorsetadas, y, sobre todo, entendíamos que eran más bien una manera de quitarse el problema de encima, más que una estrategia para conseguir acabar con las violencias de género.
Empezamos a plantearnos cómo se podían abordar estas situaciones de violencia de otra manera
Habíamos sido testigos y partícipes, además, de cómo muchas de estas violencias y sus gestiones dejaban a su paso un río de daños colaterales y cadáveres emocionales y políticos, rupturas entre colectivos y grupos de afinidad, imposibilitando la acción política, y también mucho dolor en todas partes. Por todo ello, empezamos a plantearnos cómo se podían abordar estas situaciones de violencia de otra manera, y es así como llegamos a la justicia transformativa.
La justicia transformativa pone el foco no solo en la reparación del daño a las personas afectadas, sino que también busca transformar la condiciones estructurales y contextuales que dieron lugar a la violencia en un primer momento, y de esta manera trabaja también la prevención de futuras violencias. Escapa, además, del binarismo víctima-agresor, entendiendo que las personas que forman parte de la comunidad y el entorno donde esta violencia ha tenido lugar son también partícipes de la misma. Es decir, la comunidad, en nuestro caso política, donde se ha producido la violencia es, al mismo tiempo, cómplice de que esta haya ocurrido y receptora de la propia violencia.
Todo ello implica que, cuando ocurre una situación de violencia, se intenta articular desde la comunidad una respuesta que, por un lado, dé apoyo y atienda a las necesidades de las personas que han recibido la violencia buscando la reparación del daño generado, y por otro, de seguimiento y acompañamiento a las personas que han ejercido la violencia. Todo ello se trabaja colectivamente para que se reconozca el daño ejercido, se repare y se realicen los cambios necesarios por estas personas y la propia comunidad para que la violencia no vuelva a ocurrir.
De aquí sacamos una serie de premisas necesarias para que este proceso se lleve a cabo correctamente, que son posicionamientos políticos en sí mismos:
Primero, partimos de la necesidad de saber objetivamente lo que ha ocurrido, separando las necesidades de reparación de las personas........
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