Netanyahu tiene un plan
Igual que Monk Eastman, –aquel infame de la Historia universal de la infamia del maestro Jorge Luis Borges– que, tras promover el 8 de septiembre de 1917 un desorden en la vía pública, resolvió participar en otro desorden y se alistó al día siguiente en un regimiento de infantería rumbo a la primera guerra mundial, Benjamin Netanyahu sabe lo que hace, no es un loco ni un insensato; es un criminal con un plan.
Seguramente hastiado de contar los enemigos muertos por unidades y decenas, se ha apuntado al desorden al por mayor y prefiere contarlos por centenares o miles y acabar más rápido. No actúa por locura, frivolidad o estupidez. Como todos los villanos con oficio despliega una táctica estudiada y sabe perfectamente por qué y para qué.
En esta estrategia de desorden marginal creciente que implementa el primer ministro israelí, con la complicidad cínica y tremendamente práctica de esto que nos hacemos llamar el mundo libre, el tamaño del enemigo va medrando conforme crece y se........
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