La disyuntiva del pragmatismo: entre la izquierda brahmánica y la socialdemocracia adaptativa
El autor de esta columna escrita para CIPER recorre las experiencias de las socialdemocracias nórdicas que tuvieron que ajustar sus programas a la realidad de la inmigración o la defensa, para analizar las críticas que sectores de izquierda han hecho al gobierno del Presidente Boric, incluso diciendo que se ha “derechizado”. Sostiene que “el pragmatismo demostrado por Boric en ciertos ámbitos no representa necesariamente una traición a los principios progresistas, sino un reconocimiento maduro de que la transformación social es un proceso complejo que requiere flexibilidad táctica y sensibilidad a las resistencias sociales e institucionales”.
Imagen de portada: Sebastián Beltrán / Agencia Uno
El debate sobre si el gobierno de Gabriel Boric se ha derechizado o si, por el contrario, ha dado muestras de un pragmatismo necesario frente al cambio experimentado en las condiciones políticas y económicas que le ha tocado enfrentar, dice relación, con un fenómeno que refleja una disputa más profunda y compleja que atraviesa a las izquierdas globales en el siglo XXI: la tensión entre lo que Thomas Piketty denomina una “izquierda brahmánica” —elitista, académica y axiológicamente rígida— y otra izquierda que, sin renunciar a sus principios fundamentales, comprende que la política no puede divorciarse de las contingencias y desafíos de la realidad.
El economista francés utiliza este término —aludiendo al estrato superior del sistema de castas hindú— para describir la transformación de ciertos segmentos de la izquierda, que han transitado desde sus raíces obreras hacia una versión más elitista, académica y culturalmente centrada. Esta nueva izquierda ha desplazado su foco desde las preocupaciones económicas tradicionales hacia cuestiones identitarias y culturales, alejándose progresivamente de su base electoral histórica: los trabajadores sin educación universitaria.
En contraste con esta aproximación, las socialdemocracias nórdicas ofrecen ejemplos paradigmáticos de adaptación. Quizás el ejemplo más elocuente lo encontramos en la Dinamarca de Mette Frederiksen.
Como señala David Leonhardt en el NYT, desde 2019 los socialdemócratas daneses han implementado un programa progresista que incluye: jubilación anticipada para trabajadores de cuello azul, la “ley Blackstone” contra la especulación inmobiliaria, el primer impuesto mundial al carbono para ganado, conservación del 15% de tierras agrícolas, y ampliación del acceso al aborto.
Sin embargo, hay un ámbito en el que Frederiksen y su partido adoptan un enfoque radicalmente diferente al de la mayoría de la........© CIPER Chile
