La tensión del Mar Rojo puede reavivar el conflicto entre Moscú y Riad
Hasta mediados de mes, los enormes buques que transportan por mar el 12% del comercio mundial de petróleo seguían cruzando el canal de Suez, pese a que los ataques de los militantes hutíes de Yemen habían ahuyentado a la mayoría de los portacontenedores. Eso está cambiando, y puede sembrar la discordia en una de las alianzas más duraderas del crudo: Rusia y Arabia Saudí.
Cuando grandes grupos logísticos como Maersk, Hapag-Lloyd y MSC dijeron que redirigirían su tráfico alrededor de África, la capacidad diaria de los buques en la zona del mar Rojo y el canal de Suez había caído, a 1 de enero, a solo un tercio de los niveles normales, según el Instituto Kiel. Desde entonces, los ataques liderados por EE UU y Reino Unido, y los contraataques de los hutíes han obligado a grandes petroleras como Shell a desviar su ruta. El número de petroleros en el canal cayó más del 50% en la semana del 15 al 21 respecto a la semana anterior, según AXSMarine.
Al igual que el impacto de los ataques en el comercio no petrolero, los efectos en los precios mundiales son complejos. Los fletes de los petroleros han subido un 30% desde mediados de diciembre, pero el débil crecimiento económico y el exceso de oferta de crudo sobre la demanda también pueden amortiguar el impacto inflacionista de un bloqueo. Lo que está más claro es el impacto en los exportadores que son grandes usuarios del canal, como Rusia.
Desde que estalló la guerra de Ucrania, el barato crudo ruso ha dominado cada vez más los flujos hacia el este, con destino a China e India, que no han sancionado los suministros rusos. Los envíos procedentes de Rusia supusieron el 75% del tráfico de petróleo en dirección sur por el........
© Cinco Días
visit website