Europa no está preparada para la tormenta Trump
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca pilla a Europa en un momento de fragilidad política y económica. Puede que los líderes de la UE confíen en que el próximo presidente de Estados Unidos no ponga en práctica todo lo que ha amenazado. Pero, si lo hace, la capacidad de Europa para hacer frente al choque se verá obstaculizada por la profundización de las divisiones internas.
Las dos consecuencias más claras de la victoria de Trump para la UE son una posible guerra arancelaria y el fin del apoyo militar de EE UU a Ucrania, parte de una vacilación más general en sus compromisos globales de defensa.
Según un estudio reciente de la London School of Economics and Political Science, el arancel general del 10% sobre todos los productos importados propuesto por el candidato Trump tendría un impacto negativo del 0,1% en el PIB de la UE. Pero el golpe para Alemania, cuyo principal mercado de exportación es EE UU, sería el doble de la cifra para el conjunto de la UE, teniendo en cuenta que Trump ha sugerido gravámenes mucho mayores sobre las importaciones de automóviles. Dadas las diferencias entre los distintos países, Bruselas podría tener dificultades para formar un frente unido.
El nuevo presidente también reanudará su campaña para que los europeos paguen más por su propia protección militar. La mayoría de los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cumplieron el año pasado su antiguo compromiso de gastar al menos el 2% del PIB en defensa. Pero es posible que Trump les recuerde que, según las estimaciones de la OTAN, este año solo gastarán en conjunto unos 400.000 millones de dólares, frente a los 755.000 millones de EE UU.
Ucrania será la fuente más inmediata de preocupación estratégica para Europa, que podría quedarse sola ante........
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