Miedo y modas: errores comunes de inversores conservadores y audaces
A los lectores familiarizados con mis artículos El espejismo de seguridad de los fondos monetarios y Afrontando la incertidumbre: cómo invertir en fondos de inversión y salir ganando, les resultará conocida mi insistencia sobre el riesgo desapercibido que amenaza al ahorrador medio español. Me refiero a la pérdida de valor que causa la erosión de la inflación y los impuestos.
El desconocimiento del funcionamiento de los mercados y la desconfianza sobre el futuro comportamiento de los productos financieros explican por qué a muchos españoles les cuesta invertir en fondos cuya rentabilidad no esté casi garantizada. Sin embargo, los inversores no son los únicos responsables. Las entidades financieras españolas tienen gran parte de la culpa, ya que no han logrado explicar de manera clara y sencilla que los activos volátiles –como acciones, bonos de alto rendimiento y bonos con vencimientos muy largos–, aunque impredecibles en el plazo de un año, tienden a ofrecer en plazos mayores rangos de rentabilidad más acotados. Cuanto mayor es el plazo de inversión, más se estrecha la franja de rentabilidades posibles en torno a la media histórica. Además, con una distribución adecuada entre acciones y bonos para cada plazo y la diversificación necesaria, el riesgo de pérdida se puede reducir prácticamente a cero.
Con datos sencillos y gráficos claros, los asesores podrían ayudar al inversor a confiar en unas carteras adaptadas a los objetivos que tenga a diferentes plazos. Sin embargo, muchas entidades se limitan a etiquetar a los inversores como conservadores, en parte debido a respuestas en tests regulatorios mal explicados. Por ejemplo: cuando un inversor........
© Cinco Días
visit website