Que nadie espere milagros de la revisión del PIB que prepara Estadística
El Gobierno espera como agua de mayo la revisión que Estadística debe hacer en 2024 de los niveles del Producto Interior Bruto (PIB) con el correspondiente cambio de base que le acompaña cada cinco años. Varios de sus ministros empujan activamente en la sombra para promover una revisión cuantitativa generosa que proporcionaría un salto positivo en algunas de las variables más delicadas, pero especialmente en aquellas más difíciles de domeñar, como el déficit fiscal y la deuda pública. Pero nadie debe esperar milagros de la revisión tras la rutinaria efectuada el año pasado, pues las pistas que incitaban al optimismo se han desinflado o han sido ya absorbidas.
Los ministros más activos en defensa de una actualización abultada, algunos de ellos buenos conocedores del itinerario de todas las variables de la demanda, de la oferta y de las rentas que proporcionan el destilado de la contabilidad nacional, sorprendidos por la evolución de la recaudación tributaria, del empleo y las horas trabajadas, o de la producción en servicios y construcción, sostienen tales expertos que el PIB está mal medido desde la pandemia.
Hasta Estadística admite la dificultad en un periodo de vaivenes tan intensos como los que provocó el Covid, primero, Filomena, después, y la guerra de Ucrania, para acabar; y lo corrobora con los cambios en varias rúbricas en la última revisión (septiembre de 2023). Pero constata que tales modificaciones aun así están muy alejadas del desfase que algunos expertos intuían entre el PIB real y el declarado estadísticamente, y que han llegado a cifrar en hasta ocho puntos porcentuales.
La revisión rutinaria que todos los países europeos han hecho el pasado........
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