El futuro económico alemán y europeo sigue atrapado en la amenaza rusa
Alemania atraviesa una profunda apatía económica que la lleva al borde de la depresión, y Europa, si la esquiva, será por unas tristes décimas. La mutación de las políticas económicas para corregir los supuestos desvaríos de la globalización, primero, y la metamorfosis geopolítica desde la invasión de Ucrania que exigirá grandes inversiones en defensa, después, han envuelto a Alemania y a Europa en una encrucijada de complicada resolución para mantener sus niveles de prosperidad e influencia en el mundo.
La germánica es la primera economía de Europa, con un peso del 25% en la Unión Monetaria, y la salud de su motor condiciona irremediablemente el buen funcionamiento de todo el continente. Por ello, su contribución a las decisiones políticas de la Unión ha sido siempre determinante, tanto cuando impuso austeridad para superar la crisis de deuda, como cuando aceptó poner fondos sin medida para recomponer los modelos de crecimiento tras la pandemia, a sabiendas de que los perceptores más beneficiados de tal experimento serían España e Italia.
Pero ahora está tan atrapada estratégicamente como lo está en términos geográficos en esta especie de nueva guerra fría o paz caliente desatada en los últimos años. Atrapada por el revisionismo de la globalización instigado por EEUU y China y colectivos sociales poderosos en toda Europa, y atrapada por la amenaza rusa que arrancó en 2014 con la anexión de Crimea y continuó con la invasión de Ucrania.
Atrapada hasta el punto de que tiene que revisar intensamente su modelo de crecimiento económico, al igual que Europa tiene que revisar con no menos intensidad su modelo de defensa. No se trata de llevar las cosas al extremo de una economía prebélica, ni mucho menos; pero sí de gastar en la seguridad del continente buena parte de lo que hasta ahora se ha delegado en el esfuerzo presupuestario americano, y que sin delicadeza alguna recuerda siempre que puede el único presidente de EE UU que podría serlo por segunda vez desde enero de 2025.
Si hubo un tiempo no muy lejano, pongamos que hace un centenar de años, que ser vecino de Alemania era........
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