Españoles rotos entre pobres y ricos
Veinte años escuchando la matraca de que se rompe España por Cataluña, cuando la Encuesta Financiera de las Familias (Banco de España) aporta datos que evidencian que la brecha social, con el ascensor social averiado, es la que está rompiendo España sin que parezca que los políticos se sientan obligados a efectuar un solo debate en el Congreso para buscar, no culpables, sino soluciones. Y las necesitamos. Porque dentro de la regresión histórica que estamos viviendo con el auge de la vieja extrema derecha europea, aquella que nos condujo a la Segunda Guerra Mundial, todavía hay quien confunde ser rico con estar bendecido por los dioses, y ser pobre, con ausencia de virtudes personales.
En España, como en todo el mundo occidental actual, la mayor desigualdad social procede de la diferencia creciente en riqueza. Según los datos, la riqueza neta de los españoles aumentó un 3,7% entre 2020 y 2022. Crece el valor patrimonial (muebles e inmuebles), a la vez que se reduce la deuda de las familias. Sin embargo, descontando la inflación, el patrimonio neto promedio de los españoles todavía no ha recuperado el nivel previo a la crisis de 2008. La desigualdad en la distribución de esta riqueza se ha agrandado desde principios de siglo: si en 2002 el 10% de las familias más ricas disponía del 43% del total de la riqueza, mientras el 50% más pobre lo hacía del 14%, 20 años más tarde las distancias son mayores: los más ricos suben 10 puntos y los más pobres bajan ocho puntos.
Otra........
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