A los estadounidenses les gusta demasiado viajar a Europa
Tire una piedra en Manhattan y lo más probable es que golpee a un neoyorquino preparándose para unas vacaciones europeas. Más estadounidenses, sobre todo los más ricos, hacen las maletas y viajan a Europa, ya sea para una estancia en Italia o un viaje a Irlanda en busca de antepasados, que a la inversa. El fenómeno ha creado la mayor brecha comercial relacionada con el turismo en más de dos décadas. Muestra la fortaleza actual de la economía de Estados Unidos, y también una vulnerabilidad a largo plazo.
Para los economistas, cuando los ciudadanos de EE UU van al extranjero y gastan dinero, cuenta como una importación. Cuando un visitante de Texas paga por una habitación en el Ritz de París y una comida en La Coupole, se trata conceptualmente, a efectos del cálculo de los flujos comerciales, como si se hubiera traído esos lujos a casa. Por el contrario, un grupo de británicos que asiste a un espectáculo en Broadway o visita la plataforma de observación del Empire State cuenta como exportación en el lado estadounidense de la contabilidad.
Durante décadas, la balanza comercial de viajes entre EE UU y Europa no ha oscilado mucho en ninguna de las dos direcciones. En 1999, EE UU tuvo un superávit de 1.400 millones de dólares, lo que significa que los europeos desembolsaron más al visitar el país que a la inversa. El año pasado, sin embargo, arrojó un déficit de 27.300 millones, el mayor registrado en el siglo y un 66% más que el de 2022, según la Oficina de Análisis Económico de EE UU. Esto encaja con otras marcas máximas: la Administración de Seguridad en el Transporte controló a más de 3 millones de personas en los aeropuertos de EE UU el 7 de julio, la mayor cifra en un solo día desde su fundación en 2001.
Las vacaciones no son solo una decisión económica, sino también emocional, y los........
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