Un estadounidense para volver Burberry más inglés
Técnicamente, un profit warning, es decir, un aviso de que una empresa no va a ganar tanto dinero como tenía previsto, no debería ser gran cosa. Al fin y al cabo, no están declarando la bancarrota. Muchas veces, ni siquiera están anunciando pérdidas. Y, sin embargo, cuántas crisis han empezado en el mundo de la gran empresa por un profit warning solo porque los inversores sienten la necesidad de protegerse ante la perspectiva de ganar algo menos. El último ejemplo es Burberry.
Bien es verdad que la situación de la marca de lujo británica no tiene la mejor pinta. En su caso, la advertencia ha llegado mientras reconocen que los ingresos han caído un 22%, desde los 701 millones de euros del primer trimestre de 2023 hasta los 545 millones durante el mismo periodo de 2024. Las ventas han bajado un 21%, mientras que el año pasado subieron un 18%. Por regiones, se han desplomado un 23% en Asia-Pacífico, un 16% en Europa, Oriente Medio y Asia y un 23% en el continente americano.
Tras tirar de argumentario y achacar los malos resultados al sospechoso de siempre, la llamada incertidumbre macroeconómica, el presidente, Gerry Murphy, ha definido estos resultados como “decepcionantes”. Además, las acciones de la empresa han perdido la mitad de su valor desde su máximo de abril del año pasado. No, las cosas no van nada bien, con lo que Burberry ha hecho lo que se suele hacer en estos casos: suspender dividendos, destituir al CEO y nombrar rápidamente a uno nuevo.
El damnificado ha sido........
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