Los pasos que la polio nunca pudo inmovilizar
Con la Revolución, dejó de ser un problema la poliomielitis. El espirituano Ernesto Juan González, sin embargo, es uno de los cubanos que aún conservan secuelas de esa enfermedad que los atacó antes de enero de 1959
La cavidad toráxica o craneana, que un oportunista hubiera llevado repleta de aspiraciones personales, manías de grandeza, cálculos de fortuna… Fidel la llevaba llena de la triste imagen de niños hambrientos, descalzos, enfermos, desnutridos, sin escuelas; familias sin vivienda, completamente a oscuras, pobreza extrema y otras calamidades que acuñaban la realidad de Cuba cuando encabezó el asalto al Cuartel Moncada, aquel 26 de julio de 1953.
A pocos días para que se completen 72 calendarios desde la audaz acción, miro al espirituano Ernesto Juan González Rodríguez y acuden a mí las razones por las cuales Fidel y un grupo de jóvenes atacaron la fortaleza militar santiaguera y con cuánta claridad conformó el programa del Moncada.
Para entonces, Ernesto no había visto aún luz de su primer día. Su “suerte”, en cambio, no sería menos lóbrega que la de miles de niños nacidos también antes de 1959.
Imposible que él recuerde lo sucedido. Con apenas seis meses de edad una fiebre muy alta se apoderó de su frágil organismo.
“Grandecito ya, supe que me llevaron con el........
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