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Frontera de lo posible

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19.08.2025

Las mujeres florecen cuando se les igualan derechos, se mueven conciencias. ¿Todas lo hacen en Cuba? Fallas de una telenovela, retos comunicativos y organizacionales

Durante siglos el macho, en su afán de convertirse en el “alfa” del grupo y supuestamente sin máculas de debilidad, relegó a las hembras a seguirlo dócilmente. El comunista Federico Engels, en El origen de la familia, la propiedad privada y el estado (1884) inquirió por qué la mujer llega a tener un papel subordinado dentro del matrimonio. Su conclusión es inapelable: la aparición de la propiedad privada influyó en la estructura y funciones de la familia, y, por derivación, acentuó desigualdades de género.

Analiza la evolución de la familia en el curso de la historia, y su relación con la propiedad privada y la formación del Estado. Sostiene que la monogamia aparece en una etapa posterior a la promiscuidad primitiva en la sociedad humana; con el desarrollo de la agricultura y la propiedad privada, surgió la necesidad de transmitir la propiedad de manera hereditaria. Y así, entre los bienes se incluye a la esposa, la madre, hermanas e hijas.

El presente texto va dirigido a defender un concepto fundamental, peleado tantas veces: la mujer no es propiedad de nadie, es de sí misma. En la consecución de ese ideal, millones han muerto sin alcanzar metas emancipadoras: aquí, para nuestra felicidad y la del pueblo, gracias a la Revolución socialista todas tenemos condiciones de base para vivir con plenitud ese derecho.

¿En Cuba todos los hombres han “reseteado” la mente incorporando usos revolucionarios de igualdad? ¿Hacia dónde encaminarse cuando se nos violenta, discrimina, confina a tareas en apariencia secundarias? La respuesta es obvia: hacia la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que cumplirá este 23 de agosto 65 años de fundada.

La alta estimación a su papel esencial en la sociedad cubana se condensa en un dato: la actual presidenta de la organización, Teresa Amarelle Boué, es miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, fuerza rectora de la nación, insertada en el mapa mundial con letras doradas, entre otras cosas por la visión de luz larga de Fidel Castro Ruz, sabedor de que las cubanas somos de “armas tomar.”

El Comandante en Jefe lo vivenció desde la infancia, y en el asalto al Cuartel Moncada reafirmaría su convicción cuando dos de las nuestras, Melba Hernández y Haydeé Santamaría, se sumaron para “tomar el cielo por asalto”. Después........

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