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Una mujer excepcional

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11.01.2025

En su conducta, virtudes y heroísmo se encierran indiscutibles enseñanzas al enfrentar tareas y responsabilidades

Realmente no disponemos ahora del espacio necesario en aras de abordar la grandeza de su abnegación heroica, lealtad incondicional, identificación con el pueblo, amor a la obra revolucionaria e interés sincero por los demás.

Sin embargo, podemos señalar algunos pormenores al arribar al aniversario 45 de su muerte, en La Habana, el 11 de enero de 1980.

La historia de Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley, hija del doctor Manuel Sánchez Silveira y de Acacia Manduley Alsina, nació el 9 de mayo de 1920 en el poblado de Media Luna, en la actual provincia de Granma. Inició sus estudios en una escuela primaria de su tierra natal, continuó en la entonces denominada preparatoria en el colegio José María Heredia y el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza, ambos en la granmense ciudad de Manzanillo.

Pasó parte de su etapa juvenil en Pilón, donde el padre ganó enorme prestigio siendo médico del central azucarero, mientras que ella comienza a simpatizar con el entonces líder del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), Eduardo R. Chibás. Por cierto, lo conoció en La Habana y más tarde el admirado y honesto político visitó a su familia en su residencia, en 1948.

Foto. / Autor no identificado

Patriota de pura cepa, se opuso Celia al tenebroso golpe militar batistiano de 1952. En mayo de 1953, año del centenario del natalicio de José Martí, con el grupo de la Fragua Martiana y la Sociedad Espeleológica Cubana, cuyo presidente en la provincia oriental era su propio padre, subió al Pico Turquino y colocó, en compañía de su escultora, Jilma Madera y otros amigos, un busto del Maestro, rindiéndole el merecido homenaje en la cima más alta de Cuba.

Entre sus más sinceras y nobles preocupaciones........

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