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La partida eterna del ajedrez político: de Zweig a Kaiser pasando por Trump

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14.04.2025

Zweig, desde su exilio y su desencanto, ya lo había anticipado: es posible que un jugador que no comprenda el arte de la política, ni la cultura que la sostiene, sea igualmente el campeón mundial.

Stefan Zweig escribió una novela corta llamada “Una partida de ajedrez”, donde tres personajes desempeñan un rol esencial en la metáfora del poder moderno.

El primero es Mirko Czentovic, campeón mundial de ajedrez. Un hombre rudo, casi analfabeto, carente de imaginación o profundidad, pero dotado de un talento técnico automático para mover las piezas. Es un campeón inusual, un ignaro capaz de ser mejor en el deporte ciencia.

El segundo es McConnor, un millonario obstinado, símbolo de la fuerza económica y de la voluntad ciega. Su única motivación es vencer, demostrar su superioridad a cualquier costo. Es el símbolo de la competitividad.

El tercero es el doctor B., un intelectual, refinado y cultivado, que aprendió ajedrez en condiciones extremas de reclusión y tortura psicológica mientras estuvo prisionero por los nazis. Traumatizado, su genialidad se convierte en un arma de doble filo: puede iluminar la partida o arrastrarlo de nuevo a la locura.

La historia comienza con el campeón del mundo y el empresario enfrentados a una partida en un barco. El empresario se defiende con su férrea voluntad, pero a poco andar está en clara desventaja. Doctor B. emerge entre el público dando consejos y un par de movimientos magistrales aportados por él permiten que se llegue a tablas. El público, sorprendido por la emergencia de este intelectual, señalan que debe darse el duelo entre el campeón del mundo y doctor B.

De este modo, el conflicto inicial no es entre la........

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