Francisco, un papa progresista… para ser papa
En la serie El nuevo papa, dirigida por Paolo Sorrentino, el pontífice Juan Pablo III anuncia que eliminará la obligación de celibato para los sacerdotes, vigente desde el siglo XII. Quizá es el tipo de reformas radicales que algunos esperaban cuando Jorge Bergoglio se convirtió en el papa Francisco, en 2013, y encadenó gestos de apertura hasta entonces nunca vistos en la Iglesia católica. Los avances son innegables pero, después de 12 años, el papa real no llegó al atrevimiento del pontífice ficticio interpretado por John Malkovich.
Lo más innovador del papado de Bergoglio ha sido el cambio de prioridades. Después de Juan Pablo II y Benedicto XVI, dos papas obsesionados con la defensa de la moral tradicional católica sobre la familia, el género o la sexualidad, Francisco centró su discurso en la justicia social, el medio ambiente y los derechos de las personas migrantes, temas a los que consagró dos de sus encíclicas e innumerables intervenciones públicas.
En una época de normalización del racismo y la xenofobia, el pontífice se pronunció con contundencia contra la ‘Europa fortaleza’, calificando de "pecado grave" las políticas contra la inmigración. Elegido en plena resaca de la crisis financiera de 2008 y los movimientos de las plazas de 2011, Bergoglio fustigó a las grandes empresas y denunció las desigualdades con una intensidad poco frecuente entre........
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