Revivido El Plan Colombia. Un Plan para la guerra, el subdesarrollo y la militarización de la región
El texto que a continuación compartimos con ustedes fue leído cuando ejercíamos funciones de Embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante la República de Costa Rica, con motivo del acto de instalación de la Cátedra de la Paz "Juanito Mora", en agosto del año 2009. En esa oportunidad, como ahora, el gobierno supremacista de EEUU nos amenaza con invadirnos militarmente. En aquel entonces, como ahora, nos acusa de ser un narco-gobierno. Una misma narrativa, para un mismo propósito: derrocar la Revolución Bolivariana y convertirnos en su colonia.
I.- CONSIDERACIONES GENERALES.
Desde sus inicios, el Plan Colombia se perfiló como un instrumento a través del cual Estados Unidos profundizaría su intervencionismo y hegemonía en la región. Aumentando la presencia y los recursos militares norteamericanos en Colombia, para el desarrollo de una verdadera guerra de baja intensidad, que sólo ha contribuido a perpetuar la crisis en ese país y la necesidad de continuar brindando esta asistencia. La inversión inicial del mismo fue de 7.500 millones de dólares.
En la actualidad, el Plan Colombia se ejecuta bajo estrategias militares que priorizan el uso de la represión y la intervención, fomentando la cultura de violencia ya instaurada desde la década de los ochenta en ese país. Estas estrategias, que desestiman el valor de la prevención, están alimentando la proliferación de la corrupción en todas las esferas de la administración pública colombiana, así como en otras ramas del Poder Público de esa nación.
Bajo la fachada de lucha contra las drogas, se está produciendo una "recolonización" de las instancias políticas, militares, judiciales y de seguridad. La misma es una excusa para generar inestabilidad en la región y con ello un mercado potencial para la industria armamentista norteamericana.
La presencia militar estadounidense en Colombia ha creado un desequilibro de fuerzas en la región, el cual se ha profundizado con el reciente acuerdo entre Colombia y Estados Unidos para permitir que tropas norteamericanas utilicen y operen siete (7) bases militares neogranadinas.
Con la ejecución de estos planes, Estados Unidos solapa la lógica de su "guerra contra las drogas", que consiste en colocar el acento de la responsabilidad en los países de producción y tránsito de drogas; propendiendo, de esta manera, al engrosamiento de las fronteras con presencia policial en terceros Estados y así no imponer a sus agencias nacionales medidas onerosas que atenten contra la libertad de comercio profesada por la administración norteamericana y verificada en los puertos de ingreso de mercaderías.
Como consecuencia del Plan Colombia se evidencia el alto número de desplazados y refugiados colombianos hacia Venezuela, así como también el incremento del uso del espacio aéreo venezolano, por las aeronaves sospechosas de traficar ilícitamente drogas, desde Colombia, producto de la implementación del programa de interdicción aérea conocido como Air Bridge Denial Program, el cual cuenta con apoyo logístico de la base FOL (forward operating location), establecida en Curazao, y la JIATF-S (Joint Inter-Agency Task Force – South), con sede en Key West, Estado de la Florida (USA).
II.- ELEMENTOS QUE DEMUESTRAN EL FRACASO DEL PLAN COLOMBIA.
El potencial de producción de cocaína en Colombia para el año 1999 era de 680TM y para el año 2007 fue de 600TM, una reducción de sólo 80TM muy distante de la reducción de 300TM propuesta en la letra del Plan. Adicionalmente, durante la última década, el potencial de producción de cocaína en Colombia se mantuvo, en promedio, por encima de las 600TM.
El gobierno norteamericano ha señalado como un éxito de su intervención en Colombia la reducción en la superficie de cultivos ilícitos de hoja de coca en ese país, pasando de unas 160 mil hectáreas en el año 1999, a unas 81 mil hectáreas en el año 2008. Este hecho no nos indica que la situación de la producción y fabricación de cocaína en Colombia haya aminorado. De hecho, para 1999 la cosecha de una hectárea de hoja de coca rendía 4,2kg, pero para el 2006 esta misma cosecha rendía 7,8kg.
Desde 1999 hasta el 2008, el gobierno norteamericano invirtió en el Plan Colombia unos 6.541 millones de dólares, de los cuales más del 80% han sido destinados a contrataciones militares, compra de material de guerra, entrenamiento militar e interdicción de drogas, dejando apenas el 20% para programas de asistencia económica y social.
Tan sólo en 2008, Estados Unidos invirtió un aproximado de 743 millones de dólares en el Plan Colombia, mientras que los cultivos ilícitos se redujeron sólo en 18.000 hectáreas con respecto al año anterior (de 99 mil hectáreas, en el año 2007; a 81 mil hectáreas, en el año 2008), lo que significa que el gobierno norteamericano destinó 9.173 dólares de sus contribuyentes por cada hectárea de cultivos ilícitos erradicada en el 2008.
Al fracasar en controlar la oferta ilícita de drogas en Colombia, el Plan falló en la consecución de su objetivo último que es mantener a salvo a la población norteamericana del consumo de cocaína y otras drogas de........
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