“Si no está en lista, no entra”. Terrible flagelo que pone en jaque a la Revolución
Esta nota se la debíamos desde hace por lo menos tres semanas, y está inspirada en una experiencia que vivimos algunos y algunas, pero no por ello no la tomemos para una necesaria reflexión que consideramos importante hacer.
Ocurrió durante el velatorio de un personaje que tuvo un impacto resonante en la Revolución Bolivariana y recientemente fallecido. Tal vez algunos sepan quién es y tal vez algunos no. Y las circunstancias y el destino permitieron que pudiera acercarme a su sepelio, por lo menos a la ceremonia privada y familiar junto a unos buenos y entrañables compañeros, y ahí compartimos por lo menos durante 4 horas y media, despidiendo al amigo y dándole el pésame a los familiares.
Resulta que luego llegó el momento de trasladar el cuerpo de nuestro amigo y camarada hacia un lugar público donde sería puesto en capilla ardiente, específicamente en la Asamblea Nacional. Nosotros íbamos por nuestros medios, pero una amiga que iba en una coaster entiendo habilitada por el servicio funerario para los familiares directos del amigo, como iba prácticamente vacía, nos convidó a que abordáramos la unidad y los acompañaramos, pero ahí fue donde comenzó la puerca a torcer el rabo.
Resulta que una especie de gendarme (¿necesario?) nos detuvo en seco, ya se había colado una de las compañeras, y de manera un tanto grosera nos indica que debemos esperar, ya que debe “revisar la lista” a ver si estábamos allí para poder abordar esa unidad. Inmediatamente nosotros nos dimos media vuelta, la compañera que se había logrado montar se bajó y con otro compañero que aun no se había ido, pero que tenía claro el escenario, nos acercó hasta la Asamblea Nacional para seguir en la despedida de nuestro amigo. Hasta el punto que llegamos primeros que la comitiva y el cortejo fúnebre que iba a ese lugar saliendo de la funeraria.
Además de confirmarse nuestro pronóstico de que la coaster iría casi vacía porque muchos de los familiares de nuestro amigo se fueron en sus propios vehículos, nos enteramos luego que una “familiar” de ese amigo fue la que le hizo señas al gendarme para que no nos dejarán montar. Pero es que llegando a la Asamblea Nacional vivimos la segunda parte del atropello.
La primera ventana para pasar........
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