Richard Grenell, el enviado de Trump que desafía a Rubio en la crisis con Venezuela
Mucho en la carrera de Richard Grenell, el enviado de EE.UU. para misiones especiales, permitía suponer que sería una pieza crítica de la política exterior de Donald Trump hoy, sobre todo para Venezuela. ¿Cómo llegó hasta aquí?
Durante el preámbulo a la invasión de Iraq de 2003, recorrí los pasillos de la ONU, en Nueva York, con mi colega Patricia Pedraza como productora y Miguel Espinosa como camarógrafo, atentos a las declaraciones de los representantes de las potencias que integran el Consejo de Seguridad.
Conocí de cerca el sarcasmo, y también la amabilidad, de Sergey Lavrov, entonces embajador de Rusia ante la ONU y ahora canciller, uno de los visitantes asiduos a los micrófonos disponibles para las constantes ruedas de prensa, en medio de las discusiones sobre el riesgo que supuestamente representaban las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, que años, y miles de muertos después, supimos no existieron.
En esa cobertura contamos con una ventaja: el idioma español. John Negroponte, diplomático de carrera y entonces embajador de EE.UU. ante la ONU - llegaría a ser embajador en Iraq tras la invasión, vicesecretario de Estado y el primer director nacional de inteligencia - había sido embajador en Honduras y sí, habla español fluido.
El embajador Negroponte (el título es vitalicio) siempre salía acompañado de su director de comunicaciones, Richard Grenell, quien fue clave para manejar la relación con los periodistas. A través de él, tuvimos acceso a uno de los principales protagonistas de esa coyuntura histórica. Luego de la invasión, Grenell fue ascendido a representante alterno ante la ONU, para luego dar un giro político y pasar de la órbita conservadora del presidente George W. Bush, a la de Donald Trump, de quien es muy cercano. Ahora cumple un papel interesante. Para algunos, podría........
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