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100 años de Física Cuántica: la Teoría que tenía gato encerrado

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Un artículo de Carlos Manuel Sánchez 

""Hace ahora un siglo, un puñado de 'cerebritos' destrozó nuestra concepción de la realidad con una teoría incomprensible. «Y el que diga que la entiende miente», añadiría el premio Nobel Richard Feynman"".

La ONU ha declarado 2025 Año Cuántico para celebrar la extraña física que hace funcionar tu móvil.

Esta es la historia que nunca te contaron del gato de Schrödinger, el felino con más memes de la ciencia.

Con este reportaje iniciamos una serie sobre los malentendidos científicos más curiosos.

Berlín, finales de los años veinte. En una acogedora casa a orillas del lago Wannsee, en Alemania, un grupo de Científicos

celebra una de las famosas noches de salchichas vienesas organizadas por el físico austriaco

Erwin Schrödinger. Cerveza en mano, dos hombres conversan sobre el universo sub atómico: Albert Einstein y el anfitrión.

Algo no les cuadra... Einstein, ya famoso, se muestra incrédulo ante algunas implicaciones de la nueva física, la incipiente mecánica cuántica: «Dios no juega a los dados con el universo», repite. Schrödinger le da la razón, aunque su revolucionaria ecuación de 1926 es el cubilete donde se agitan esos dados.

Pero le molesta la visión dominante de la teoría que él mismo ha ayudado a crear: la interpretación de Copenhague, bautizada así por la ciudad donde Niels Bohr fundó su Instituto de Física Teórica.

Según esta interpretación, una partícula existe en un limbo de posibilidades simultáneas –llamado 'superposición'– hasta que la medimos, momento en que colapsa a un único estado definido. Para Schrödinger, esta idea no solo es disparatada, es una capitulación intelectual, una renuncia cobarde a describir la realidad objetiva del mundo físico.

Su indignación dará lugar, pocos años más tarde, al experimento mental más famoso de la historia: el gato de Schrödinger.

La cumbre de la ciencia.

En la Conferencia de Solvay, celebrada del 24 al 29 de octubre de 1927, coincidieron los genios de la ciencia que marcaron el siglo XX. Solo una mujer entre ellos, Marie Curie.

Para 1935, el panorama es deprimente. Einstein está exiliado en Princeton tras llegar Hitler al poder. Schrödinger ha huido a Oxford. Desde la distancia, retoman por carta su relación.

Y es en este intercambio donde nace el célebre gato.

La paradoja es conocida: un gato está encerrado en una caja opaca con un mecanismo mortal consistente en un frasco de ácido prúsico (un veneno letal) que se romperá si se desintegra un átomo radiactivo.

Como la desintegración es un fenómeno aleatorio con un 50 por ciento de probabilidad, hasta que alguien abra la caja y observe el sistema, el átomo estaría simultáneamente desintegrado y no desintegrado y, por tanto, el gato existiría en un estado imposible: vivo y muerto.

Pero lo que Schrödinger pretendía no era explicar la mecánica cuántica, sino ironizar sobre sus consecuencias, contrarias al sentido común.

Para entender su desazón, hay que........

© Aporrea