menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Otra vez abuelo: ¡y fui feliz!

7 0
07.05.2025

Algunos han visto nacer a sus hijos en el exilio. Otros a nuestros nietos. Mis hijos nacieron en Venezuela. Ahora sus vástagos vienen al mundo en otras tierras. Los sentimientos son encontrados. Una combinación de gratitud y nostalgia, de alegría y dolor, de colores y claroscuros, que proyectan los recuerdos, los aromas y las canciones de nuestras abuelas. Nunca anticipé que mis nietos nacerían bajo otra bandera, en todo caso también plena de estrellas y multicolor.

Venezuela, tengo vergüenza propia y ajena

Antes de escribir estas notas, a horas de celebrar el nacimiento de mi tercera nieta-Alexia Victoria-hago una llamada a un entrañable y querido profesor: Nelson Chitty La Roche. Un hombre inteligente, valiente, académicamente íntegro y capaz, a quién le preservo especial cariño y admiración. Lamento que por estos avatares de vivir en la distancia, se justifiquen los silencios inexcusables. Porque no hay distancia que importe si existe un motivo…

Me comenta [Nelson] que sigue de pie y firme en sus ideales. Lo dice con voz tenue y pausada. Al cerrar la llamada me escribe, citando a Leonardo Padrón: “Me siento decepcionado de mi mismo, es como si yo fuese culpable, siento que le fallo a mis hijos y nietos, que no soy lo verdaderamente valiente para salir a hacer no sé qué por defender mi país…Hoy siento que no soy digno de ser hijo de esta mujer maravillosa llamada Venezuela”.

El pasado mes de abril cumplí 35 años escribiendo en El Universal. Lo intenté muchas veces [entrar en el selecto grupo de columnistas], pero nuestro querido Miguel Maita [QEPD], editor de Opinión, antes fue generando los ajustes y correcciones necesarios para debutar. Un día 1ro. de Abril [1990] coincidiendo con la fecha de mi boda, me comenta en un fax: “Atención, Alerta. Su artículo publicará. Por favor no exceda el número de palabras, sea respetuoso con el lector y no haga tantas citas o paréntesis, para facilitar la lectura”.

Nacía un matrimonio con nuestros lectores que ya acumula el mismo tiempo que llevo casado. Y llegaron los nietos en el exilio. En ningún análisis logré pronosticar lo que viviríamos [o dejaríamos de vivir] en Venezuela, como tampoco un golpe de estado el 4F-1992 [a dos años de nuestro debut]. Quizás ese sentimiento contradictorio por el nacimiento de un nieto en tierras lejanas-doloroso y cuestionado, feliz y nostálgico, luminoso y difuso, entre celebración y reflexión-toca el listón de la vergüenza.

Nada nos hace merecedor de tanta lejanía e impostura. Pero la dignidad humana, que según la doctrina social de la Iglesia y la teología de la liberación, es el valor superior del hombre, no sólo ha sido transgredida por quienes reprimen sino de algún modo, por aquellos que hemos tenido el deber de hacer más o dejar de hacer menos.........

© Analítica