Elecciones estudiantiles: entre sombras y vocerías
La Reforma Universitaria que, en 1918, destacó el esfuerzo de muchos universitarios pululando alrededor de la reivindicación de la autonomía universitaria, entendida como el aforo de libertades y derechos, resultó en la victoria que permitió que la universidad “autónoma” se asimilara a una República. Por supuesto a una República democrática.
Pero como no puede haber democracia sin igualdad, lleva a reconocer que la democracia igualitaria debe complementarse por una “meritocracia”. Así podría validarse como Universidad. Y es la intención que la mantiene en permanente movimiento.
El centro del problema
Justo he aquí, el problema que oscurece todo. Y es que acá el enredo se permea cuando la universidad plantea actuar con base en una “meritocracia” como palanca de toda articulación que movilice elementos de razón de una universidad democrática, La situación enmaraña su dinámica académica ya que siempre aparece atravesada la política (mal entendida y peor ejercida). Mejor dicho, se trata de la politiquería ya que ésta simboliza el bastión de cuánta ignominia se vea dotada de poder. O de cuánto abuso busque pivotar, amparar o regular la elaboración y toma de decisiones académicas sobre las cuales se fundamenta la misión de la Universidad. Tanto como se coordinan y verifican la función universitaria.
Precisamente, ahí es donde las elecciones universitarias o cualquier otro proceso electoral, se traba en asuntos que buscan aprovechar la oportunidad pues, políticamente, beneficia a actores y electores. Aunque al final, lo que sucede es el socavamiento de cuanta oportunidad aparezca en el camino de la Universidad.
En su esencia teórica, toda elección debe regirse por condiciones éticas que comprometan civilidad y moralidad. Condiciones políticas que pauten el pluralismo. Condiciones jurídicas que atiendan la normativa legal. Económicas que velen por las finanzas. Condiciones sociales que resguarden la convivencia ciudadana. Y condiciones culturales que atiendan lo correspondiente a tolerancia y respeto. Es necesario comprender que cualquier elección registra realidades que suscriben otras disposiciones. Entre las mismas hay que contar aquellas de orden organizacional, promocionales y de planificación. Pero, dado el trajín en que las mismas se desenvuelven, se ven afectadas por la antipolítica. Sobre todo, cuando el odio, el orgullo y la soberbia, envuelven sus praxis.
Otras cuestiones
Mucho se ha dicho sobre el problema que anega el terreno sobre el........





















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