Valencia: dolor e indignación
El dolor y la indignación siguen marcando la vida de los ciudadanos del Levante español, principalmente en la Comunidad Valenciana, cuando se cumplen dos semanas de la peor inundación de este siglo. Las riadas del 29 de octubre, provocadas por una gota fría o dana (Depresión Aislada en Niveles Altos), han causado 222 fallecidos (214 en la Comunidad Valenciana, 7 en Castilla–La Mancha y 1 en Andalucía), según fuentes del Gobierno, que periódicamente actualiza los datos. Los equipos de ayuda han rescatado a 36.080 personas, mientras todavía continúan las tareas de búsqueda para localizar a unos 50 desaparecidos. Se trata de una catástrofe humanitaria semejante a la sufrida por las inundaciones en julio de 2021 en Alemania, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, que dejaron 220 muertos.
Las intensas precipitaciones, que en algunas poblaciones alcanzaron los 500 litros por metro cuadrado en un día —en la localidad valenciana de Turís ascendieron a 771 litros por metro cuadrado en 24 horas—, dan una idea de las riadas que han devastado a 78 municipios, 75 en de ellos en Valencia. Los caudales de agua y fango que provocaron el desbordamiento de los barrancos del Poyo, Pozalet y el río Magro arrasaron las poblaciones de Paiporta, Alfalfar, Picanya, Sedaví, Aldaia, Benetúser, Catarroja y Utiel, principalmente.
Las causas que provocaron un número tan elevado de víctimas fueron el retraso en alertar a la población y la falta de infraestructuras para desviar los caudales. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha indicado que el caudal de la rambla del Poyo, principal causante del desastre, registró un crecimiento sin precedentes en pocas horas en la tarde del 29 de octubre. Esta rambla, que atraviesa varias poblaciones afectadas y acostumbra a estar sin agua, superó el umbral de seguridad de 150 metros cúbicos por segundo a las 17.25 horas. A las 18.05,........
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