Hace 35 años, el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud retiró la homosexualidad de su listado de enfermedades mentales. Mucho más reciente es la exclusión de la transexualidad del apartado de trastornos mentales del manual de esta institución internacional.

En conmemoración de esa primera fecha, desde 2005, se celebra una vez más este sábado, el Día Internacional contra la LGTBI fobia. Un día para poner de manifiesto la necesidad de seguir plantándose y reivindicando hasta acabar con toda manifestación de odio, represión y/o violencia hacia la diversidad afectivo-sexual y de género y hacia las personas LGTBIQA .

Y seguro habrá quienes cuestionen este día, esta efeméride –muchos serán los mismos que cargan contra el 8M–, porque ya no es necesario, porque ya hemos avanzado más que suficiente, porque somos un país occidental y por tanto ilustrado, o incluso, porque ya está bien de propagar ideología woke, de hacer apología de la desviación, de expandir el vicio y la inmoralidad, o de corromper a las familias e infancias.

Las cifras oficiales y estudios más recientes no nos permiten ninguna complacencia. Los datos, recién publicados por la La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales (FELGTBI ), en su estudio anual Estado del Odio: Estado LGTBI 2025, muestran que quienes defienden que ya no es necesario seguir denunciando,........

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