La euforIA de Wall Street va en alta velocidad y nos está dejando atrás
La transformación industrial y digital vinculada a la Inteligencia Artificial (IA) va más rápido que ninguna otra antes en la historia. Las consecuencias positivas que se le presumen a toda innovación y progreso científico-tecnológico tienen esta vez un aura de pesimismo porque incuba repercusiones negativas quizá mayores o, al menos, con un alcance todavía desconocido. En cualquier caso, la revolución en curso es inevitable e imparable. El inmovilismo no es una opción, pero ponerse a correr en la dirección equivocada puede ser aún peor. Lo único claro es que el ganador es quien fabrica y vende, mientras que el perdedor es quien compra y usa. Por eso es sorprendente a estas alturas de la película que la única estrategia en Europa haya sido dar un paso hacia la regulación, cortando las alas así a sus propios desarrollos.
Los inversores han tomado buena nota de ello. Los flujos de dinero de todo el mundo inundan a las empresas de Estados Unidos que están a la vanguardia de........
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