El otro día Ilia Topuria destrozó al brasileño Charles Oliveira con dos puñetazos que lo hicieron caer redondo a la lona. Ya en el suelo, el español le propinó un par de golpes de martillo, por si acaso, pero el caído tenía ya los ojos clavados en el infinito, igual que un cadáver. La escena fue aterradora.

Se dice que Charles Oliveira es muy buena persona, pero su forma de pelear siempre me ha producido alipori: suele aferrarse al cuerpo del oponente como un koala, lo atrapa por detrás con brazos y piernas, y carga todo su peso sobre su espalda mientras lo asfixia lentamente. Es una lapa pegajosa, repelente y letal. Eso sí, todos hablan maravillas de su comportamiento fuera del octógono. Dentro, yo no lo soporto. En realidad, me cuesta soportar casi cualquier cosa del octógono. Y, sin embargo, sigo las tertulias y los programas sobre la UFC, tanto en español como en inglés. He dejado de ver series de televisión por culpa de la UFC. Me interesa su........

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