Pedir perdón
Me sorprende que López Obrador todavía no se haya disculpado públicamente por lo que hicieron sus antepasados. Su sangre es roja y de origen español, tiene la piel del color de los europeos, y sin embargo prefiere pedirle cuentas a Felipe VI. Quizás porque es más rubio, o sea, más nazi que él (entiéndase la ironía).
Nuestros tatarabuelos —los de los españoles de hoy— permanecieron en la península, sufriendo los rigores y la sinrazón de la época —la monarquía absoluta, la aristocracia abusona, la iglesia inclemente, el hambre mortal, las enfermedades nefandas—, pero somos nosotros quienes debemos expiar las crueldades de los antepasados de López Obrador. Tampoco la nueva presidenta, Claudia Sheimbaum, parece haberse criado en las selvas de Chiapas, la verdad. Es judía asquenazi por parte de padre y sefardí por parte de madre, pero no ha pedido perdón por la penúltima atrocidad de Netanyahu. Cosas veredes, Sancho.
Naturalmente, nadie debería tener que disculparse por acciones que no ha cometido, tampoco un Estado como España por lo que hizo hace quinientos años un imperio........
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