Muchos progresistas o muchos conservadores recalentados pueden confirmar que las desgracias nunca vienen solas. Que tras la catástrofe de la DANA que asoló a la Comunidad Valenciana, llegó el presunto desastre del regreso triunfal de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, tras vencer de manera aplastante a su rival directo: Kamala Harris. O más de setenta y cinco millones de estadounidenses que han votado por Trump se han equivocado de cabo a rabo, o esos miles de progresistas refractarios y contumaces se han visto muy perdidos y decepcionados por las expectativas que les ofrece la vida a partir de ahora sin Kamala.

No es por nada, pero la prensa norteamericana -no la española que anda perdida analizando con nuevos ojos al reelegido presidente- hace ya tiempo que daba por vencedor a Trump pues las encuestas de las empresas importantes así lo indicaban. Incluso, sin ánimo de ponerse medallas, semanas atrás escribí en esta sección de opinión que temía que por mucha ilusión que despertara Kamala Harris, el vencedor iba a ser él, Donald Trump, bajo el antológico principio de “Prefiero al malo conocido, que a la buena por conocer”. Y así ha sido de manera abrumadora y así será durante los próximos cuatro........

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