Felices “vanidades”, señor Sánchez
Tras la Navidad, toca continuar. ¿Pero continuamos con la paz a cuestas o volvemos a las trincheras? ¿Es el enemigo? ¡Qué se ponga! Me temo que lo segundo será de nuevo lo primero. Lo otro, la amistad y la armonía son solo un espejismo para días feriados, y a la postre resulta todo esto demasiado hermoso para ser cierto. ¿De verdad que no hay otra manera de hacer política? Es excitante pensar como Pedro Sánchez lo invierte todo al extremo rojo e impar en su ruleta de la fortuna personal con tal de mantenerse en Moncloa aunque sea sin gobernar ni legislar. Él, que le criticaba a Rajoy permanecer en el Gobierno sin comerse un huevo. Huir hacia adelante o cabalgar de espaldas, siempre nos queda soñar y desear un prospero año nuevo, que será realmente próspero solo para aquellos que se atrevan a reinventar la concordia dejando de lado los muros, las zanjas y los cordones sanitarios.
Qué tal lo del pavo y los canelones, pero sobre todo qué tal las conversaciones de sobremesa. Todo lo dicho pesa y hasta escuece. Alguien pronunció la palabra maldita y decidió hablar de Begoña Gómez, de........
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