La Navidad como opción
Sí. Confieso que siempre me ha dado una pereza inmensa montar el árbol de Navidad, el belén, el decorado doméstico propio de estas fiestas. Y, para colmo, nuestra sociedad se ha empeñado en adelantar las fechas de ese ritual. En mi primera infancia, allá por mediados de los años cincuenta, solo existían los nacimientos. Lo del árbol vino después, y gracias a la televisión, a las películas y series americanas. Pero unos y otros sabían esperar para su debut hogareño a solo unos días antes de la Nochebuena. Un día como hoy, domingo 22 de diciembre, habría sido el perfecto en aquella época para afrontar esa tarea. Lo contrario, lo que hacemos hoy —adelantar dicho montaje unas cuantas semanas— habría sido considerado en aquellos tiempos como de mal gusto incluso, cuando no como una irreverencia. ¿Por qué lo hacemos? ¿Quién ha traído........
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