¿Quo vadis, Europa?
Arrecian las declaraciones de intenciones para crear una verdadera defensa europea que proteja y asegure el bienestar y statu quo de la Unión Europea y, entiendo, de aquellos no miembros que quisieran adherirse a una iniciativa formal en ese sentido. Se hacen notar cada vez más las llamadas apremiantes a la unión, incluso al empleo de la fuerza 'europea' en la guerra de Ucrania.
Objetivamente, el origen inmediato a esta notable -y loable- preocupación se encuentra en la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022. Es inevitable la consideración de "enemigo a las puertas" que sostienen todos aquellos países que de una u otra forma han estado bajo el control de la extinta Unión Soviética, bien como repúblicas en su momento -los países bálticos-, bien como súbditos geopolíticos atados por el extinto pacto de Varsovia. También coadyuva a ese renacer de una iniciativa de defensa europea la incertidumbre de un posible cambio de postura respecto a la solidaridad transatlántica caso de una alternancia en la presidencia de los Estados Unidos el próximo 5 de noviembre.
Aparece un factor común a varias de esas renovadas posturas en favor de un fortalecimiento de la defensa europea y la posibilidad de lograr una verdadera autonomía estratégica; una que permitiera la defensa de intereses genuinamente europeos y diferenciados de los de otros países o bloques. Los procesos electorales. Esa llamada a las urnas en distintos países para elecciones regionales, nacionales, europeas, o extraeuropeas hace que el ardor de los candidatos en la defensa de........
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