La virulencia de discursos que se repiten sin tregua en las redes sociales ya se contagia en la convivencia en las calles. Incluso empezamos a naturalizar las interrupciones a reporteros en conexiones en directo. La última, ha sucedido en el Telediario de TVE cuando una periodista, Natalia Blanes, vio cómo su crónica sobre la meteorología adversa era quebrantada por un joven. Su objetivo: insultar al presidente del gobierno. "Sánchez, hijo de p*, a la prisión m*", dijo.

Pero este tipo de actos no se pueden quedar en la anécdota hecha meme. Porque la agresividad del chaval define de dónde venimos, hacia dónde vamos e incluso hacia dónde regresamos. Se puede justificar su furia en la actual polarización social, pero también su forma de actuar define una trágica masculinidad que está cogiendo vuelo.

¿Hubiera actuado igual este chico si la reportera hubiera sido un hombre? Lo primero que hace la criatura es invadir el espacio corporal de la mujer con una posición carca........

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