Ayuso, ni caso
Acaba de arrancar la carrera por la sucesión de Feijóo, insisten los coros bolaños. Un error de apreciación. El baile del delfinato viene de antes, desde la fatídica noche del 23 de julio. Taimados baroncillos mudaron su objetivo y se aprestaron raudos a la carrera. Desde entonces conspiran en secreto, filtran chismes a medios hostiles, intoxican con versiones adulteradas. ¡Ah, pero es ella! La de los codazos y ambiciones es ella, la reinona de Castilla, la emperatriz de Madrid.
Ayuso no acudirá este viernes a La Moncloa. Estará en Porriño (Pontevedra), en el homenaje a Antonio Palacios, arquitecto monumental. Declinó la llamada de Sánchez que tan obsequiosamente aceptó el resto de sus homólogos del PP, en un gesto que dicen 'institucional' pero se antoja rastrera. Hace unos días, desde Bruselas, el presidente del Gobierno insistió amablemente en su invitación a Ayuso, con unas afectuosas declaraciones en las que aseguraba que su novio, al que trataba de 'delincuente confeso', se lucró durante la pandemia, y especulaba con que su invitada se pudo beneficiar personalmente de estas las ilegalidades. Para animarla aún más a acercarse hasta La Moncloa, exhortaba a Feijóo a que "exija la dimisión de su jefa". Todo requiebros amables que delataban las ansias enormes por encontrarse con la ilustre presidenta.
No ha podido ser. Ayuso ha dicho que no, lo que ha provocado un........
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