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Otra socialista que dimite (y no es Pilar Alegría)

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wednesday

Padece estos días el PSOE una epidemia que invita a la dimisión. No es frecuente que un cargo político, de cualquier nivel, decida ceder el sillón salvo por razones de salud. Y ni siquiera así, véase el caso de Ángel Víctor Torres. Se ha registrado en las últimas semanas una serie de defecciones en las filas del sanchismo que   bien se podría tomar como el anuncio de una estampida. Algo inusual, un acontecimiento extrañísimo. Tal episodio está ocurriendo con excusas distintas y razones diferentes. Rafael Pérez, el número dos de Grande-Marlaska, abandonó Interior en plena tormenta por de los vídeos de la fontanera Leire contra la UCO. “Motivos personales”, se dijo. Desde entonces, Marlaska ya no es Marlaska. Primero fue la bofetada de las balas israelíes. Ahora, el numerazo de la cloacas de Ferraz contra la Guardia Civil. Luego, quién sabe, quizás un guasap de su jefe poniéndole a caldo, como cuando lo de Dolores Delgado, “es un maricón” (2009). Con todo el cariño. 

El ministro del Interior imita siempre los pasos del número uno. Si Sánchez se oculta, él se esconde. Si no hace declaraciones ni cuando la visita de un líder extranjero, esloveno por más señas, él mudito. Durante los cinco días del retiro amoroso del gran narciso, ya hace más de un año, fue quizás el ministro más prudente de la pandilla. Quizás algo debería decir sobre este ataque al cuerpo de élite de la Guardia Civil desde las propias filas del PSOE. Al cabo, son sus hombres, son sus subordinados. Su silencio se puede interpretar como un aval a las correrías de las leires de Cerdán

Todo este colosal lío del tal Gallardo en amparo del hermanísimo ha dinamitado la poca credibilidad que le quedaba al socialismo en la región y han blindado la continuidad de María Guardiola como presidenta durante unos cuantos........

© Vozpópuli