La biología explica por qué nos hacemos mayores de repente a los 44 y a los 60 años
Siempre hemos creído que el envejecimiento es un proceso lento y progresivo, casi como si los años nos fueran apagando poco a poco, de forma inexorable.
Así lo recogen manuales y revisiones médicas recientes, que siguen definiendo el envejecimiento biológico, en su modo más simple, como “alteraciones lentas y progresivas de la función física que empiezan en la madurez y concluyen con la muerte”.
Aunque esta imagen del tiempo –o la metáfora de un goteo constante de pérdidas– sigue dominando nuestra forma de entender la vejez, estudios recientes revelan que no envejecemos en línea recta, sino a saltos, con momentos precisos en los que, de pronto, todo cambia.
Esta hipótesis desafía décadas de modelos lineales y abre la puerta a una nueva manera de entender los cambios biológicos asociados al tiempo.
La nueva visión del envejecimiento a saltos se apoya en un trabajo publicado en 2024 en la prestigiosa revista Nature Aging. Durante varios años, los investigadores siguieron de cerca la evolución molecular de más de un centenar de personas adultas, analizando hasta 135 000 moléculas distintas de cada voluntario. Se trata del mayor estudio longitudinal multiómico realizado hasta ahora sobre envejecimiento humano.
Lejos de encontrarse con un continuo suave de transformaciones, observaron un patrón interesante: casi todos los grandes cambios bioquímicos que acompañan al envejecimiento se concentran en dos........
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