Cinco tesis sobre la situación en Nepal
Si su casa no está limpia, las hormigas entrarán por la puerta y atraerán a las serpientes.
La crisis en Nepal se agravó a principios de septiembre, derrocando al gobierno de centro-derecha del primer ministro KP Oli. El detonante inmediato fue la regulación y prohibición de las redes sociales el 4 de septiembre. Las protestas por esta medida fueron reprimidas por la policía con disparos, lo que provocó la muerte de 19 manifestantes. Esto se intensificó hasta convertirse en manifestaciones masivas, que provocaron ataques a las casas de políticos y al edificio del Parlamento nacional, así como al edificio presidencial.
Circulan varias narrativas sobre la agitación actual, pero dos son las que predominan:
Fracaso sistémico de la gobernanza: años de promesas incumplidas, corrupción y alianzas oportunistas produjeron una crisis de legitimidad no para este o aquel partido, sino para el establishment. El auge actual se explica como una reacción popular debido al abandono acumulado.
Tesis de la revolución de color: que las protestas están orquestadas por una fuerza externa, y la mayoría de los dedos apuntan a los Estados Unidos y a la financiación del Congreso de los Estados Unidos a través de la Fundación Nacional para la Democracia a Hami Nepal (creada en 2015).
Ambas teorías facilitan a las partes interesadas dentro de Nepal eludir su responsabilidad, ya sea achacándola a intromisiones extranjeras o a una vaga idea de la “clase política”.
En estas teorías no se aborda el orden burgués subyacente y sus problemas en Nepal: una economía clientelista centenaria, el control de la tierra, las finanzas y los contratos gubernamentales en manos de un oligopolio estrechamente vinculado a la monarquía, y un paradigma de crecimiento que depende de la exportación de trabajadores migrantes y del desarrollo de infraestructuras financiadas con deuda. Las causas estructurales de las quejas de la población se reducen a conceptos simplistas, pero evocadores, como “corrupción” y “revolución de colores”.
Ninguna de estas teorías es totalmente incorrecta o correcta, sino que son solo parciales y su parcialidad puede ser muy engañosa. Este artículo no puede por sí solo corregir esa parcialidad, pero espera ofrecer algunas ideas para el debate. Las cinco tesis que figuran a continuación sólo pretenden enmarcar el debate que esperamos se celebre no sólo sobre la difícil situación de Nepal, sino también sobre la de muchos países del Sur Global.
Mala gestión de la oportunidad
Tras la promulgación de la nueva Constitución en Nepal en 2015, había una gran esperanza de que la izquierda amplia pudiera mejorar la situación social de los nepalíes. Por ello, en 2017, los distintos partidos comunistas obtuvieron el 75% de los escaños en el Parlamento nacional. Al año siguiente, los partidos comunistas más grandes se unieron para formar el Partido Comunista de Nepal, aunque la unidad no era muy profunda porque los partidos tenían sus propias estructuras y sus propios programas y no podían formar realmente un........
© Tercera Información
