Otra tesis sobre Saade
El país tiene una inverosímil capacidad de fijarse en lo accesorio y anecdótico y despreciar lo esencial y cardinal.
En el caso de Carlos Ramón González, sobre quien faltan días y horas para verlo asilado en Nicaragua, lo importante no es que un corrupto evada la acción de la justicia con el apoyo, omisión o connivencia de la Fiscalía o de Migración. ¿Me van a decir ustedes que les sorprendió que se volara? ¿En este gobierno? Como si Pitufo no lo hubiera logrado ya.
Era claro y predecible que un exmiembro del M-19, que además manejó el Departamento Administrativo de la Presidencia, pudiera evadir la justicia como tantos otros. La corrupción, o su encubrimiento, es una credencial que otorga ascenso dentro del Pacto Histórico.
Lo escandaloso es adonde termina templando González en su huida: Nicaragua. Nuestro más enconado rival, si no enemigo, en el contexto geopolítico caribeño. La dictadura de Ortega y la cancillería nicaragüense han jugado hábilmente sus cartas por años en todos los planos: jurídico, geopolítico y propagandístico. Frente a la determinación nicaragüense, Colombia ha sumado error tras error de la mano de tristes lagartos, tan ignorantes como bien avenidos, en una larga tradición de indiferencia e incompetencia de sucesivos gobiernos.
Ahora Nicaragua recluta al exdirector de la Dirección Nacional de Inteligencia, oscura y degenerada entidad, con la supuesta función de desarrollar actividades........
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