menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

¿Quo vadis, Europa?

10 5
01.06.2025

La Unión Europea ha hecho del miedo a Rusia un instrumento para superar su propia crisis y para propiciar una nueva centralización del poder en torno a Bruselas, en torno a la creciente autonomización de la Comisión Europea.

A partir de Maastricht se produce una inflexión en la Unión Europea. Pero, ¿cómo entender la Unión Europea después de Maastricht? Como el modo específico de consensuar el nuevo orden internacional unipolar dirigido por los Estados Unidos. Se trató de concretar el nuevo orden internacional que emergía con la derrota de la Unión Soviética bajo el modelo y la hegemonía norteamericana, que es lo que hemos llamado neoliberalismo y que luego se fue concretando en eso que se llamó globalización neoliberal o globalización capitalista neoliberal.

¿Cuál es el centro de esta construcción? El centro, a mi juicio, es básicamente una reacción contra el modelo social y político que se implantó en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

Es decir, la idea fundamental de este nuevo orden es poner fin a eso que se llamó los 30 años gloriosos, poner fin a una experiencia política y social, a una forma específica de relacionar política estado, sociedad y conflicto social, donde el protagonismo era de las clases trabajadoras y su peso estructural en la economía y en la política. El objetivo real era derrotar ese modelo, y hacerlo en un proceso político.

La clave fue desmontar el Estado nación y su específica concreción después de la Segunda Guerra Mundial, lo que se ha llamado el constitucionalismo social, que fue un intento de embridar al capitalismo en base a procesos sociales con un control social y estatal independiente por la dominación de los grandes poderes económicos.

Se aprovechó el momento para desmontar los fundamentos de ese conflicto de clase surgidos después de la Segunda Guerra Mundial. ¿Cuáles fueron sus concreciones fundamentales? Tres, básicamente.

La primera concreción fue, de facto, la constitucionalización del modelo neoliberal. O sea, a partir de Maastricht solamente había un pensamiento único, una clase política única y modelo económico único, obligatorio para cada Estado y límite a cualquier proceso de soberanía popular. Ese era, a mi juicio, el primer rasgo.

El segundo rasgo fundamental era lo que podíamos llamar la desterritorialización del poder democrático. Y la democracia empezó a dejar de ser un modelo político enraizado en la sociedad y se convirtió en un modelo más o menos ambiguo, una especie de norteamericanización de la vida pública que al final lo que consiguió fue debilitar, fragmentar la soberanía popular. Es una vieja historia. Es un proceso muy conocido. Ya lo defendió Von Hayek en el año 38 del siglo XX, aquello que se llamó el federalismo económico.

Todo el centro del modelo neoliberal es muy simple, es quitarle a la soberanía popular la dirección de la vida económica, de la vida pública y por lo tanto despolitizar la economía imponiendo un modelo económico único donde la soberanía popular no pueda controlar la vida económica limitando los grandes poderes económicos. Este es el dato fundamental del modelo de construcción.

Y hay un tercer elemento, pero nunca se comenta porque parece tan evidente que lo damos por supuesto y es la subordinación estructural de la Europa que nace con Maastricht al orden internacional que impuso Estados Unidos. Es decir, Maastricht lo que hace fundamentalmente es desmontar el modelo político social de los Estados nacionales........

© Rebelión