La trampa de la identidad
La reciente publicación de la traducción al español del libro Left is Not Woke, de Susan Neiman, llega en un momento oportuno para analizar una de las grandes paradojas de la izquierda contemporánea: en su afán por abrazar los valores más progresistas y defender causas identitarias, sectores importantes de la izquierda han perdido conexión con su base tradicional, aquella que históricamente ha sido el sostén de los movimientos progresistas.
El fenómeno es global. En Estados Unidos el Partido Demócrata enfrenta una crisis interna entre quienes, como Bernie Sanders, insisten en priorizar un mensaje económico tradicional de izquierda centrado en la desigualdad y la justicia social, y una nueva generación de activistas más enfocados en cuestiones identitarias. Esta tensión se ha evidenciado especialmente en estados del Medio Oeste, donde el electorado tradicional demócrata, mayoritariamente obrero, se ha sentido cada vez más distanciado de un partido que le parece más preocupado por debates sobre lenguaje inclusivo que por sus preocupaciones cotidianas sobre empleo, salarios y servicios públicos.
La ironÃa es evidente: en su intento por ser más inclusiva y progresista, la izquierda corre el riesgo de excluir a quienes históricamente han sido su base. Como señala Rahm Emanuel, exalcalde de Chicago y jefe de Gabinete de la Casa Blanca con Barack Obama, cuando los progresistas utilizan términos como âeconomÃa del cuidadoâ o âLatinxâ están empleando un lenguaje que no resuena con las personas que supuestamente intentan representar. âNunca he conocido a nadie que se describa........
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