“¿A nadie lo matan gratis?” Dejemos de normalizar la violencia en México
“En algo debían estar metidos”. “A nadie matan gratis”. He escuchado pronunciar estas frases tantas veces en las últimas semanas para justificar las muertes que ocurren a diario en México que he comenzado a cuestionarme si es cierto que la violencia está siempre justificada.
Pero he llegado a la conclusión de que no, en este país si matan gratis y lo hacen todo el tiempo.
Matan al comerciante que no quiso pagar la extorsión. Matan a la chica que no quiso ceder a un pretendiente narcotraficante. Matan al policía, al funcionario, al juez valiente (sí, sí, los hay) que tomó decisiones contra los intereses de un empresario cercano al mundo criminal.
Matan al activista que defiende un bosque de la deforestación. Matan al campesino que no quiso vender su tierra por donde pasará un proyecto de infraestructura. Matan al cura que denunció a los que matan por placer o por interés. Matan al que se les atraviese.
Pero entonces, ¿por qué lo repite tanta gente, como un mantra? Supongo que para conjurar el miedo. Es tranquilizador pensar que la muerte de una persona debe estar justificada, que no vivimos en un mundo absurdo y sin reglas, en el que existen justicias paralelas que aplican poderes que no elegimos, en el que la violencia puede embarcarnos sólo por vivir allí.
En algunos casos, lo decimos porque nos conviene. Hace unas semanas me contactó una madre buscadora de Puebla para contarme que el secretario de Gobernación estatal, Samuel Aguilar, había declarado ante los medios que “si le rascan” encontrarán cola que pisarle a uno de sus desaparecidos. Como si eso justificara la desaparición.
No fue gratuito. Decir que alguien está metido en el crimen organizado, además de justificar su asesinato o su desaparición, es una manera de lavarse las manos para las autoridades de un estado en el que la impunidad supera 90% en delitos de algo impacto. De no tener que fingir siquiera hacer el esfuerzo de buscar a sus agresores.
Me pregunto qué habrá dicho el secretario ahora que los civiles asesinados por sicarios en la Ciudad de México, Ximena Guzmán y José Muñoz, fueron de su partido. ¿Habrá pensado que también se lo merecían, que andaban en malos pasos? Eso dijeron muchos en redes sociales cuestionando qué hacían en un coche de alta gama. Nuevamente, como si eso justificara su asesinato. Es el problema de deshumanizarnos como sociedad: que no habrá nadie para llorar cuando la violencia nos alcance.
En otros casos, lo decimos simplemente porque somos cobardes y preferimos negar nuestra realidad a tener que confrontarla.
Una alternativa al partido único
Y es que, en efecto, el problema es complejo. Cuando hablamos de impunidad, hablamos de un sistema policiaco y judicial averiado. No nos enteramos de por qué matan a la gente. No capturan a los responsables y si lo hacen, lo sueltan cuando son capaces de pagar el soborno adecuado. Acá no importa ni siquiera que un caso se vuelva mediático. Importa el poder.
Ante este bloqueo, Morena ha optado por realizar una apuesta osada: volver a........
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