el fuego avivado por abandono, desamparo, maltrato… cobardía y mentiras
Las Hurdes y sus sierras vuelven a arder, y con cada incendio se hace más gruesa la costra de silencio y olvido. Cuando sale humo en los montes, vuelven los telediarios, los políticos y una cohorte de opinadores a repetir la matraca: “emergencia”, “riesgo”, “gestión integral”, “prevención estratégica”, y un sinfín de palabras rebuscadas y frases hechas, muchas veces importadas, ajenas a la vida real de la tierra y de sus gentes.
Pero lo que de verdad queda tras el incendio es ceniza, ruina, rabia y una amarga sensación de haber sido burlados otra vez más por quienes mandan. Aquí no hace falta hablar de “territorio vulnerable”: basta con mirar los campos, las aldeas medio vacías y, sobre todo, el miedo sordo de quien sabe que todo se repite. Los responsables se refugian en comunicados con muchas palabras huecas y pocas promesas que se cumplan.
La verdad —que duele— es otra: los montes siguen sucios porque nadie los limpia. Nadie paga ya a gente para que recoja ramas secas, ni deja pastar a la cabra que viene el........
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