Hay algo en ciertas aulas que inquieta más que cualquier tribuna. No porque griten, sino porque permiten pensar.
El gobierno de Trump ha vuelto a señalar a las universidades como amenaza.
Harvard, institución que simboliza apertura y diversidad, resulta ahora incómoda para el poder. Ha recibido dos golpes: la congelación de fondos federales y la prohibición de inscribir estudiantes internacionales. No es un error administrativo ni una cuestión técnica. Es una señal. Una advertencia.
El relato oficial acusa a las universidades de adoctrinar. Se señala que promueven valores........

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